Peones, torres, alfiles, caballos, reinas y reyes... todos ellos se encuentran enfrascados en la cruenta batalla en donde vencer es lo que cuenta... sin importar a quien se “coman”...
Sin importar la hora del día, y mucho menos la época del año, el ajedrez académico presenta, con ligeras variantes, los mismos jugadores que, cual pálidas fichas, se entremezclan dejando secuelas tragicómicas...
Los peones: son aquellos que más trabajan, mayor sacrificio presentan y los primeros que exponen al frente de luego de ser “democráticamente” elegidos por sus compañeros de mesa... al igual que la pieza de juego, es muy poco el valor que tienen para los demás y son los primeros en ser “sacrificados” por las críticas cuando surge una crisis...
Las torres: Se mueven horizontal y verticalmente... se asemeja al movimiento rapaz de miembros de grupos que se adelantan a recibir los halagos del profesor pero se hacen a un lado al momento de aceptar la crítica dada...
Los alfiles: Movimiento diagonal a cualquier lado, puede ser muy útil durante el juego... y muy dañino para los grupos... en ajedrez académico, est@s alfiles cuentan con la poderosa arma del comentario, del rumor, de la intriga... cuidado, pueden matarte desde donde menos lo esperas... o tal vez donde más sospechabas...
Los caballos: Pernicioso pero hábil elemento... puede poner en jaque a cualquier mesa con su inestabilidad al cambiarse de mesa (o de salón) y de incumplir con las tareas asignadas con el pretexto de que cambió de grupo, de que estaba harto, de que recibe malos tratos, malas miradas, mala fe...
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