Los escombros

escombros
En todas las guerras que la raza humana ha sostenido quedan los inmóviles testigos que, sin importar el tiempo, permanecen para que la memoria del colectivo se plantee: ¿valió la pena? ¿Estamos mejor sin él/ella?

Los escombros nos proponen diversas alternativas: añorar el pasado cual si se estuviese en un museo o construir algo mejor para beneplácito de quienes lo utilizan.

Pero lo peor es la desidia… No sólo porque denigra la valía de los seres humanos sino porque el propósito de con el que se lo hace jamás triunfa, ya que siempre existirá quien satisfaga las necesidades que proveía la estructura extinta.

Un lugar de reunión… ¿a quién perjudica? ¿Qué tanto daño puede hacer un lugar en donde las personas se sientan luego de una mala noche o de una jornada de trabajo a ingieran alimentos (que no necesariamente alimentan), preparen “estrategias académicas” para una prueba que tiene varios días de anunciada o para personas que simplemente quieren tener un poco de vida social?


Para todo hay solución, es cierto. Ante una necesidad, surgirá alguien que la satisfaga usando algo de creatividad. La necesidad de alimentos puede ser satisfecha al salir del local o a través de un improvisado kiosco, pero la necesidad de esparcimiento… ¿dónde?

¿Es preferible mesas llenas de botellas y envolturas, mezcladas con el aroma que emanan y las indicaciones del docente? ¿Es más estético estudiantes sentados al borde de un árbol, de la cascada o en medio de pasillos que ubicados en un lugar cómodo y destinado a esa función?

La vida es una suma de factores, así que ninguno debe obviarse, aunque sea contradictorio con el interés primordial. Después de todo, ¿la dialéctica no es obtener lo mejor de elementos contrarios?

Ausente

Los comentarios ofensivos, ilegibles, sin sentido o SPAM serán eliminados.

Thanks for your comment